La mermelada de naranja casera es una de las conservas más populares gracias a su sabor agridulce y su versatilidad en la cocina. Perfecta para acompañar tostadas, galletas, o incluso como ingrediente en recetas de postres, preparar esta delicia en casa es más fácil de lo que parece. A continuación, te explicamos cómo hacerlo de manera sencilla, aprovechando ingredientes naturales y obteniendo una mermelada saludable y deliciosa.
Para hacer una mermelada de naranja casera, necesitarás los siguientes ingredientes básicos:
Lava bien las naranjas bajo agua corriente para eliminar cualquier residuo. Es importante que las naranjas estén completamente limpias, ya que usaremos tanto la pulpa como la cáscara para aprovechar su sabor y textura.
A continuación, pela las naranjas. Para ello, quita la piel con cuidado, tratando de separar la mayor parte de la parte blanca (albedo), ya que esta puede aportar amargor a la mermelada. Guarda las cáscaras, ya que algunas se incorporarán más adelante. Retira también las semillas de las naranjas.
Corta las naranjas en trozos pequeños y colócalas en una olla grande. Añade el zumo de limón, lo que ayudará a que la mermelada tenga una mejor consistencia y sabor. Si lo prefieres, puedes rallar un poco de cáscara de limón para intensificar el aroma cítrico.
Añade agua hasta cubrir ligeramente las naranjas y pon la olla a fuego medio. Cocina la mezcla durante unos 30-40 minutos, removiendo de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo. Las naranjas deben comenzar a ablandarse y descomponerse.
Mientras las naranjas se cuecen, toma unas cuantas cáscaras de naranja (unas 2-3, según tu preferencia) y córtalas en tiras finas. Puedes escaldarlas en agua hirviendo durante unos minutos para suavizar su textura y eliminar el exceso de amargor. Añádelas a la olla cuando las naranjas estén tiernas.
Una vez que la fruta esté bien cocida y tierna, es momento de añadir el azúcar. Incorpora el azúcar a la mezcla de naranjas y remueve bien hasta que se disuelva por completo. Reduce el fuego a bajo y deja cocinar la mermelada durante otros 30-40 minutos, removiendo ocasionalmente. Durante este proceso, la mezcla se espesará a medida que el agua se evapore y el azúcar caramelice ligeramente.
Para comprobar si la mermelada está lista, puedes hacer una prueba sencilla: coloca una pequeña cantidad en un plato frío y deja que repose durante unos segundos. Si al inclinar el plato, la mermelada se desliza lentamente y forma una capa espesa, está en su punto. Si aún está demasiado líquida, déjala cocinar unos minutos más.
Cuando la mermelada haya alcanzado la consistencia deseada, retira la olla del fuego. Mientras la mezcla aún esté caliente, vierte la mermelada en tarros de vidrio esterilizados. Asegúrate de que los tarros estén bien sellados y colócalos boca abajo durante unos minutos para crear vacío y asegurar una mejor conservación.
¡Y listo! Ya tienes una deliciosa mermelada de naranja casera, perfecta para disfrutar en el desayuno, como acompañamiento en recetas de postres o para regalar en ocasiones especiales. Hacer conservas en casa no solo es una forma de aprovechar mejor la fruta de temporada, sino también de crear algo natural y lleno de sabor.
¿Te animas a probarla?